Paisaje de John Brett y un cordero perdido

 

                                                      Pintura: John Brett. 1858



 CORDERO PERDIDO

Un balido hiere el aire de cascabeles. Rebota tiernamente en las montañas.

La brisa silba su independencia mientras un águila planea... 

Miro al cordero;  él no lo sabe. Le soplo una sonrisa

de plumas. Y el azul de mis ojos se deshoja por su lomo. 

Pero no lo sabe. 

Bala, bala su angustia una vez más... 

A lo lejos, su madre lo escucha

-Y retumba un latido entre los pinos. 

Y retumban unos pasos por las rocas...-. 


Las nubes se adhieren a la cima como mi mirada al cordero. 

Pero él no lo sabe. 

La madre tampoco.

Ni el sol que nos alumbra lo sabe...

Siempre, todos

nos andamos buscando.


***

Entradas populares de este blog

Tempestad. Giorgione

Vladimir Kush. Hiperbólica